martes, 7 de abril de 2020

Trato de entender mi propia esencia

Trato de entender mi propia esencia,
mi sangre,
la acción involuntaria que desafía
toda razón o emoción,
todo lugar o tiempo,
toda lógica incoherencia.
Pero sólo queda un vago rastro salino,
una delicada sombra que se extingue ante la luz
del miedo más profundo,
de un sutil temor capaz de fagocitar
hasta a la valentía más perfeccionada,
esa que emerge y toma forma
a partir de eso que llamamos
amor.

Incapaz de entender el simple movimiento
del flujo sanguíneo,
constante y rítmico,
capaz de crear un microcosmos caótico
de epicentro torácico y
desembocadura
lacrimal.

¿Cómo encontrar alivio para ese dolor
que rasga la garganta con
silencio?

¿Cómo evitar la presión infinita de esos restos de sal,
que sólo cobran significado
cuando pérfidamente se cristalizan
en cada articulación
impidiendo  el mero movimiento de un alma
que sólo desea bailar con el viento?






(Gracias Isabella Rozborska por recordarme la sensación de libertad que trae al corazón plasmar un sentimiento en palabras)