viernes, 19 de junio de 2015

He dejado de sentir

He dejado de sentir
el viento.

El frío no cala
mis pies desnudos,
el añil no llega al hueso
sigue intacto el tuétano
el músculo sigue recio,
sigue la vista vacía,
sin rumbo mi pensamiento.

No siento la tierra
que piso,
no siento la arena,
no siento la roca,
no palpo el cemento,
no sé si la herida sangra
ya no siento
ni el rojo de ese
dolor
(ese cálido dolor, ese rojo intenso)
ni el aire golpear la cara
ni el azufre del infierno.

He dejado de sentir,
no,
ya no siento.

No siento la brisa
ni el desconcierto,
ni siento rabia
ni olor a heno,
ni el sol en la espalda
ni siquiera
miedo.

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