sábado, 22 de enero de 2011

Quebraste el miedo

Quebraste el miedo
al dolor
en el instante que
robaste mi mirada,
te bastó con expandirte
al infinito
traspasando la barrera
autoimplantada en la
consciencia,
ingenuo de la ternura
de tus alas de cera
que una vez te ahogaron
con su propia luz
emerges en mi vida
como la parte incipiente
de un iceberg
que guarda
en regazo de hielo
los misterios de tu alma
ardiente.
Abandonaste la razón
amparándote
en el desconcierto de la esperanza
de una puerta abierta
al sentimiento,
tierna flor que muestra su
debilidad al frío de la noche
cediendo la fragancia de tus
entrañas a la oscuridad
de una luna
que no te acepta.
Temblando bajo la calidez
que se encierra en un suspiro
pasajero
que colma el alma
de deseo
te desnudas
en silencio
a lo incierto de un futuro
que inserta hilos de
plata
en tus sudorosas manos,
títere
de
tus
propias
inquitudes
tiemblas movido por amor y
sangre.

Quebraste el miedo,
robaste mi mirada
te bastó con expandirte
al infinito
para sentir tus manos
en la soledad de mi pecho.

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