Parece que fue ayer cuando llegaste,
tan frágil,
ya te has ido.
Te has ido y te extraño,
porque nunca volveré a verte.
Hoy lloran mis ojos,
y mi corazón,
y mi alma,
porque buscan sin encontrar
tus ojos verdes,
porque te has ido y te extraño,
porque nunca volveré a verte.
Hoy se rasga mi vida
y mi ilusión
y mi alma
porque buscan entre mis dedos
tu tacto
ya ausente
sin encontrarlo,
porque se han ido tus ojos verdes,
porque nunca volveré a verte.
En mi febril desconsuelo,
hoy 6 de noviembre,
hoy estalla mi rabia,
grita mi furia,
me desgarra el dolor,
se escapan mi amor,
y una lágrima
porque buscan tus ojos,
ausentes,
porque buscan tu tacto,
ausente,
porque buscan de nuevo
tus ojos verdes,
porque te has ido, y te extraño,
porque no volveré nunca a verte...
(A tí, que pasaste tantas tardes de estudio junto a mí,
recostado a mi lado, incondicional,
llenando mis silencios de un cálido ronroneo.)
Dan tanto por tan poco!
ResponderEliminarSigue así, me gusta tu forma de escribir.
Muchas gracias Alvaro, así es, dan sin pedir, soportan tus enfados y malos días y, por mal que los trates, siguen volviendo a acariciar tu pierna con su cabeza.
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