Cae la lluvia tras algodones de cemento,
el horizonte es manto de luto,
acumulación de cenizas que aún dejan ver
restos de lo que ayer fué fuego; anochece.
Infinita aureola de luz emerge,
poderoso resplandor capaz de secar
la reciente humedad de tus ojos,
tu das y quitas la vida; amanece.
Rosas cansadas que ceden sus hojas,
danza de pétalos recorre los vientos,
pétalos y espinas que abren heridas
fundiendo un mar de sangre en un ocaso; atardece.
Sueños que se entregan a un sólo destino,
ilusiones vanas que el agua salada disuelve,
pasiones que sucumben a lo irracional de lo humano
destruyendo un corazón latente; muere.
Qué suerte que tengas tiempo para escribir y la generosidad necesaria para compartirlo. Me gustan tus versos y mucho. Rezuman naturalidad, sensibilidad y sinceridad. Eres una caja de sorpresas!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Bea, ¡me sacas los colores! (y mira que es difícil)... eso sí, mañana no quiero coñas!!!
ResponderEliminar