lunes, 6 de diciembre de 2010

Un día del Amor

Cae la lluvia tras algodones de cemento,
el horizonte es manto de luto,
acumulación de cenizas que aún dejan ver
restos de lo que ayer fué fuego; anochece.

Infinita aureola de luz emerge,
poderoso resplandor capaz de secar
la reciente humedad de tus ojos,
tu das y quitas la vida; amanece.

Rosas cansadas que ceden sus hojas,
danza de pétalos recorre los vientos,
pétalos y espinas que abren heridas
fundiendo un mar de sangre en un ocaso; atardece.

Sueños que se entregan a un sólo destino,
ilusiones vanas que el agua salada disuelve,
pasiones que sucumben a lo irracional de lo humano
destruyendo un corazón latente; muere.

2 comentarios:

  1. Qué suerte que tengas tiempo para escribir y la generosidad necesaria para compartirlo. Me gustan tus versos y mucho. Rezuman naturalidad, sensibilidad y sinceridad. Eres una caja de sorpresas!!!

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  2. Muchas gracias Bea, ¡me sacas los colores! (y mira que es difícil)... eso sí, mañana no quiero coñas!!!

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