viernes, 3 de diciembre de 2010

Silencio

Como una mordaza
que ahoga mi voz
mientras estrangulas
mi alma con tus dedos
arrancas lo efímero
de la esencia
de mi carne.
Tu que besaste mi
corazón
aletargado por el frío de
otros ojos,
ofreces mi cuerpo desnudo
que se despedaza
ante unas manos
que desgarran lentamente.
Nutre mi sangre
labios ajenos,
condenas mi amor
y mi silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario